La gran guerra

Tras la aparición de los elfos y los dragones, hubo una gran confusión en la raza humana. Algunos quedaron maravillados, otros asombrados, otros aterrorizados y otros más con ideas paranoicas sobre el fin de los tiempos… Bueno, no estaban tan equivocados después de todo.
Inmediatamente después de que se dieran a conocer, una a una las otras razas se fueron manifestando a sí mismas, siendo los vampiros los últimos. Hechos un caos por haber perdido todo lo que ellos consideraban seguro y verdadero, la humanidad entró en crisis y, al no entender su entorno, decidió destruirlo… Sí, como lo oyes, los humanos iniciaron la gran guerra. Quizás no sean una especie con habilidades especiales, pero sin duda poseen un gran talento que los otros no tienen: adaptabilidad. Su tecnología es temible. Pronto hallaron la forma de lastimar desde a los frágiles elfos hasta a los poderosos dragones.
Desde luego que las cosas no se quedaron así. Las demás razas no se iban a quedar con las manos cruzadas, por lo que contraatacaron. Así fue como la gran guerra dio inicio.
Los resultados fueron devastadores. Todas las razas perdieron parte considerable de su población, especialmente la humana, pues era la más numerosa. Aunque la mas crítica fue la de los dragones… De por sí quedaban pocos y después de la guerra quedaban aun menos. Además, la humanidad necesita de los recursos que la rodean para poder avanzar y, en plena guerra contra seres superdotados, el consumo de los recursos naturales se aceleró aun más; Agua potable, madera, combustibles, metales, tierra fértil… Todo se fue consumiendo hasta casi su total agotamiento. Esto afectó a todos de una manera muy directa.
Las masacres y exterminio entre razas continuaban. Unos pocos intentaron hacer la paz, pero nada resultaba… Nadie quería ceder en sus ideas y cada raza se consideraba a sí misma la única con derecho a pisar esta tierra.
¿Quién ganaba? Nadie. No había un “bando” mas fuerte. Si uno debilitaba a otro, otro más venía a darle el acabose para luego ir contra el primer agresor. Ni siquiera lo poderosos dragones pudieron defenderse mucho ante los ataques, pues fueron los primeros en ser atacados en masa, ya que se les temía por su gran poder.
Pero nadie tomó en cuenta algo… Si las historias sobre seres de la noche, el infierno y el cielo eran ciertas… entonces, también era cierta la existencia de un Dios, un Creador… el creador de todos. Pese a que renieguen de ello, todo fue creado por él. Nuestros ancestros así lo fueron y, por lo tanto, nosotros somos su creación también.
Este creador observaba todo esperando no intervenir, pero no pudo más… En un hecho memorable, los cielos rugieron en el mundo entero y la estruendosa voz de trueno del creador se escuchó en la cabeza de todos y cada uno de los seres que seguían en sus asuntos.
“A causa de su ambición y hambre de poder, han dejado de ver la verdadera razón por la cual vinieron a este mundo… Veo con pesar que, aun en la peor de las situaciones, no son capaces de dejar su odio sin sentido atrás… Por ello, con gran dolor en mi corazón, he de dictaminar mi juicio… ¡Oscuridad!”
Y entonces… los cielos se cerraron. Dirás que “¡¿Y eso que?!”, ¿verdad? No, no parecía gran cosa. No obstante, al paso de los días ─sí, solo días─ las plantas comenzaron a morir, y tú sabes que son la base de toda cadena alimenticia… Al cabo de unos años, el alimento comenzó a escasear y las razas se dividieron, culpándose unos a los otros… Fue entonces cuando surgieron los clanes…
¡Oh! Es verdad… Cuando el creador dictó su juicio, solo un dragón intentó hacer algo, además de que fue el único que no se quedó paralizado o blasfemaba contra el creador. Llego a traspasar los cielos según dicen… y fue el último en tener contacto con el creador. No se sabe qué pasó con este dragón… aunque…